La descubrieron Panamá en el
siglo XVI, pasó por muchas manos, formó parte de las joyas más
destacadas de la Corona de España. La descubrió un esclavo y con el
tiempo le dieron varios nombres - "La sola", "La margarita", "La
peregrina". El último tenía otro significado en su día, se relacionaba
con "raro, especial", un título completamente merecido por su tamaño y
su forma tan poco común. Su peso, según un documento de la época, era
58.5 kilates.
Llegó en las manos de Felipe II entrando en España desde el puerto de Sevilla en 1580.
En
España la incorporaron en un broche, junto con otra famosa piedra, el
diamante El estanque, con peso de 100 kilates, y fue lucida por varias
personas de la Realeza Española.
Velázques dibujó el retrato de la reina Margarita de Austria, que lleva puesto el dicho broche. Su esposo, Felipe III de España, también la lleva en su sombrero, en el retrato que hace pareja con el de la reina.
Las joyas de la Corona se pasan de padres a hijos; así La Peregrina permanesió en el Palacio Real Español hasta el año 1808. Era entonces cuando el Imperador José Bonaparte ordenó que le entregasen las joyas de los Borbones españoles, ya exiliados. La perla fue enviada por Bonaparte como regalo a a su esposa Julia Clary. Tras la separación del matrimonio, Bonaparte volvió a la posesión de la Peregrina. Más tarde la dejo con su testamento al futuro Napoleón III, quien por su parte, débido de problemas económicos, la vendió alrededor del año 1850.
Más de 120 años más tarde, esta perla sale a subasta en los EE UU. Se cuenta que la Casa Real española intentó entorpecer la venta afirmando que esta perla no era la auténtica. Los Borbones españoles tenían otra perla, regalada por Alfonso XIII a su esposa, y afirmaron que era la Peregrina. Sin embargo, Alfonso de Borbón y Damperre asistió en la subasta. Su oferta fue mejorada por Richard Burton, que compró la perla como regalo para su amada Elizabeth Taylor, que le costó 37 000 dolares americanos.
Un día más tarde, el 24 de enero de 1969, Luis Martínz de Irujo, el jefe de la Casa de la Reina VIctoria Eugenia, negó la autenticidad de la perla subastada y exhibió una perla que pretendía ser la auténtica, recibida de Alfonso XIII con motivo de su boda. Tanto la casa de subastas como diversos especialistas negaron veracidad a esa atribución. Esa presunta Peregrina fue legada a Juan de Borbón, hijo de Victoria Eugenia, y cuando este renunció a sus derechos dinásticos en 1977, le fue transmitida al rey de España Juan Carlos I.
En 2011, las joyas de Elizabeth Taylor fueran anunciadas en subasta por Christie’s. El día 13 de diciembre de 2011, el valor de La Peregrina alcanzó los 9 millones de euros.
Llegó en las manos de Felipe II entrando en España desde el puerto de Sevilla en 1580.
Velázques dibujó el retrato de la reina Margarita de Austria, que lleva puesto el dicho broche. Su esposo, Felipe III de España, también la lleva en su sombrero, en el retrato que hace pareja con el de la reina.
Las joyas de la Corona se pasan de padres a hijos; así La Peregrina permanesió en el Palacio Real Español hasta el año 1808. Era entonces cuando el Imperador José Bonaparte ordenó que le entregasen las joyas de los Borbones españoles, ya exiliados. La perla fue enviada por Bonaparte como regalo a a su esposa Julia Clary. Tras la separación del matrimonio, Bonaparte volvió a la posesión de la Peregrina. Más tarde la dejo con su testamento al futuro Napoleón III, quien por su parte, débido de problemas económicos, la vendió alrededor del año 1850.
Más de 120 años más tarde, esta perla sale a subasta en los EE UU. Se cuenta que la Casa Real española intentó entorpecer la venta afirmando que esta perla no era la auténtica. Los Borbones españoles tenían otra perla, regalada por Alfonso XIII a su esposa, y afirmaron que era la Peregrina. Sin embargo, Alfonso de Borbón y Damperre asistió en la subasta. Su oferta fue mejorada por Richard Burton, que compró la perla como regalo para su amada Elizabeth Taylor, que le costó 37 000 dolares americanos.
Un día más tarde, el 24 de enero de 1969, Luis Martínz de Irujo, el jefe de la Casa de la Reina VIctoria Eugenia, negó la autenticidad de la perla subastada y exhibió una perla que pretendía ser la auténtica, recibida de Alfonso XIII con motivo de su boda. Tanto la casa de subastas como diversos especialistas negaron veracidad a esa atribución. Esa presunta Peregrina fue legada a Juan de Borbón, hijo de Victoria Eugenia, y cuando este renunció a sus derechos dinásticos en 1977, le fue transmitida al rey de España Juan Carlos I.
En 2011, las joyas de Elizabeth Taylor fueran anunciadas en subasta por Christie’s. El día 13 de diciembre de 2011, el valor de La Peregrina alcanzó los 9 millones de euros.
